Por fin me he hecho con este libro. Llevaba en mi cartera de "deseados" desde que leí uno de los poemas que lo integran, por ahí, ya ni recuerdo dónde, ni cuándo. Solo que fue hace mucho y que, periódicamente, me vuelve a la cabeza, una fijación de esas de las que no consigues desprenderte del todo.
El poema era este, que reproduzco aquí porque me parece maravilloso.
Pequeños accidentes caseros
Me hice un tajo en un dedo cuando cocinaba.
Luego me despellejé otro dedo al abrir una botella.
Hoy me he raspado la pierna con el pico de la mesita.
Así que me he puesto seria:
he reunido en asamblea a todos los objetos de mi casa
y les he dicho que ya sé
que me muero de la pena,
que tengo el corazón en carne viva,
que ya sé
que no soy más que una herida que sangra tristeza,
que hasta respirar me duele porque él no me ama
como le amo yo;
en fin: que no hace ninguna falta, les he dicho,
que me lo recuerden también ellos
cada día.
Berna Wang, Pequeños accidentes caseros
adamaRamada ediciones, 2004
10 comentarios:
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¡Extraordinario!
Sencillamente muy bueno... me recuerda a algo
A mí me parece que es tan bueno (aparte de la crítica poética, para la que soy una zote) porque nos retrata a todos. Todos, en algún u otro momento hemos sentido algo semejante: ese "el mundo está contra mí" personalizado en el pico de una mesa que se nos clava en la pierna, y hacer de ello un mundo, y creer que ese mundo se nos viene encima. Y todo descrito con palabras tan sencillas que no se puede decir mejor.
En fin, que lo repito: me encanta.
Esto demuestra que en las pequeñas cosas cotidianas está la poesía, y la Literatura, sin necesidad de grandes hazañas épicas.
Precioso poema, sin duda.
Gracias por compartirlo.
Es un poema excelente. Sobrio y lírico al mismo tiempo.
Gracias, Paula (y también a todos los demás). Un amigo me mandó el enlace el otro día. Veo que eres alumna de Nacho (y lectora suya); yo lo he sido (alumna) este fin de semana, en las Jornadas de Creatividad de Albarracín y fue una delicia. Con su último libro me ha pasado lo mismo que a tí, que después de devorarlo en un par de noches me entraron unas ganas locas de escribir relatos (lo que, en mi caso, tiene más mérito, porque apenas escribo prosa, no digamos relatos). En fin, que encantada de conocerte y gracias otra vez.
Hola Berna, qué lujo tu visita. Encantada igualmente, ya ves que tienes aquí un pequeño club de fans :)
Cada mañana, cuando viajo en mi coche hasta mi puesto de trabajo a casi 70 kilómetros, los pequeños haikus de Berna me acercan un poco más esa felicidad que tanto anhelo.
Hoy, navegando, he descubierto accidentalmente que Berna es mujer, cosa que ignoraba y he entendido la conexión más que nunca.
Gracias Berna y gracias Paula por ser uno más de los que contribuyen a difundir estas cosas bellas.
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