8 de julio de 2008

Sin título

Qué difícil es buscar un buen título. Una, dos, tres, siete palabras que expresen una idea (o varias, como en este caso).

Patitos de goma.
El arte de cruzar la pierna.
El camaleón en la hoja de acero.
Fibras plastificadas.
El futuro de las selvas y los polos.
Monóxido de sol.
Teoría de todo.
Rasgar la seda.
Intersticios.
La destrucción de Babilonia.
Un vaso de agua, por favor.

Si siguiera, podría escribir títulos de aquí al infinito. Es una manía de tantas (y los anoto, los anoto todos en una estupenda hoja Excel preparada a propósito para ello y titulada, valga la redundancia, "títulos sin más propósito"; y a veces me gusta más titular que escribir la chicha, y juntar títulos y hacer de ellos una colección de cuentos; o estudiar qué título es más de novela que de cuento, o incluso de poema).

Suelo empezar algo con un título ya en mente, y es raro que acabe cambiándolo. Si empiezo y no hay título, malo. Quiere decir que me va a costar mucho encontrarlo. Como esta vez.

Sin embargo, ya tengo cita inicial. En realidad, son dos, precisamente porque creo que las dos vienen muy al caso (o a los casos, que son ocho, y combinan bastante bien unos con otros, en mi opinión):

Si uno mira algo durante mucho tiempo,
los ojos se le vuelven del color de lo que mira.

David Foster Wallace, La niña del pelo raro


You can't always get what you want
You can't always get what you want
You can't always get what you want
But if you try sometimes you might find
You get what you need

The Rolling Stones, You can’t always get what you want


2 comentarios:

Carlos Frontera dijo...

Recuerdo que Hipólito G. Navarro comentó en una ocasión, en una coloquio al que asistí, que lo que en verdad le gusta es escribir títulos, que le encantaría escribir un libro sólo de títulos, que los cuentos los escribo sólo para tener un pretexto para escribir los títulos.

En verdad, en ocasiones resulta más complicada escribir el título que el propio cuento. Y hay títulos ciertamente deliciosos.

Por cierto, enhorabuena por tu publicación en Narrativas.

Un saludo.

Paula dijo...

Suscribo las palabras de don Hipólito, por lo divertidas y lo que tienen de juego. El título es todo un mundo fascinante que puede llegar a arruinar la impresión de un cuento, o a darle una vuelta de tuerca más, insospechada.

Yo sigo buscando.

Salu2