4 de agosto de 2008

Noche de cuentos en el Bukowski Club

El Bukowski Club es un garito del color de la sangre espesa. Tiene collages en sus paredes y un cartel muy cachondo que anuncia una "solución habitacional" de 8 metros cuadrados en venta en el barrio al módico precio de 60000€.

En el Bukowski Club solo venden cerveza Mahou, o eso dicen en su web, y quién puede querer otra cosa que cerveza Mahou en un garito de Malasaña.

En el Bukowski Club hay casi que ponerse de lado para entrar por la puerta, pero tienen aire acondicionado (y cómo se agradece en un Madrid en el que las suelas se te quedan pegadas al asfalto).

En el Bukowski Club te recibe Carlos Salem con su pañuelo negro en la cabeza a lo escritor maldito, y si traes aspiraciones de escritor tú también --maldito o no, ya se sabe que no todos valemos, ni tenemos nariz burroughsiana--, te apunta en una lista con los demás. Luego te subes a un atril de piernas de mujer con medias de rejilla y te pegas al micrófono, y lees, y todo el mudno te escucha, y cuando terminas hasta te aplauden sinceramente.

Esta foto un poco fantasmal es lo mejor que pudo hacer ayer mi teléfono móvil. Steve Redwood leía una historia sobre los colgantes y el hombre en el Paraíso.


Anoche Carlos Salem también leyó, un cuento sobre los taburetes malditos de un bar de Malasaña. Una no puede evitar preguntarse en cuál estuvo sentada y, dado que me han entrado ganas de volver, me da que fue en el de la adicción. Muy de Hank, por otra parte.

2 comentarios:

Manu Espada dijo...

Me habría gustado estar allí con vosotros. Bueno, en otra ocasión, cuando acabe agosto. Besos.

Paula dijo...

El domingo pasado volvimos a intentarlo, y llevábamos cuento, pero parece que el día de resaca debió ser demasiado, y no abrieron, así que sustituimos la lectura por unas pizzas.
En septiembre volvemos sin falta, con Nacho incluido, le va a encantar :)
Besos.