28 de octubre de 2007

En las tripas de "La ofrenda musical"

Como se cuenta en "El cantor y el rey de Prusia", Johann Sebastian Bach escribió "La ofrenda musical" en 1747 como respuesta a un reto del rey Federico II el Grande de Prusia. El rey propuso un tema sobre el que realizar improvisaciones, y Bach le devolvió dos ricercares (forma antigua de la fuga, basada en la imitación y el contrapunto), así, en el momento. Después, de regreso a su hogar de Leipzig, siguió trabajando en el thema regium y compuso esta obra, que envió al rey con una dedicatoria juguetona (junten las iniciales):

Regis Iussu Cantio Et Reliqua Canonica Arte Resoluta

He aquí el thema regium o tema real, compuesto por Federico el Grande para retar a Johann Sebastian Bach y hacerle mostrar sus cartas (con un click se ve más grande):


Es el comienzo del Ricercare a tres (voces) que puede verse y escucharse aquí.

La instrumentación de la obra no fue anotada por Bach, sin embargo, y tampoco hay una indicación clara sobre en qué orden deberían interpretarse las piezas (dos ricercares, una sonata en trío, diez canónes). Mientras los dos ricercares fueron improvisados por Bach durante su visita a la corte del rey, los diez cánones y la sonata en trío que completan la obra los compuso a su regreso a Leipzig.

En particular, los cánones explotan el thema regium de las formas más diversas. Por ejemplo, el primer canon es llamado cancrizans porque repite el thema regium en la segunda voz empezando del final al principio, mientras que la primera voz lo hace en el sentido original:


Podéis verlo y escucharlo aquí interpretado por dos violinistas. El thema regium se reconoce fácilmente; la versión al revés, aunque se oye, es más difícil de reconocer si no se lee la partitura.

Otro de los cánones es el llamado Canon perpetuus super thema regium, que no posee un final conclusivo, sino que podría estar repitiéndose y repitiéndose de aquí al fin del mundo:


En este vídeo lo repiten solo un ratito, tres voces (el tema en el violín, la primera voz del canon en la flauta y la segunda en el chelo). Se nota que el final es un poco abrupto, como si hubieran parado de tocar de pronto para irse a tomar café, o algo así.

Parece que Bach se hubiera querido divertir componiendo estos cánones (no había ni videojuegos ni sudokus en la época). Son como pequeñas trampas para el rey, que se enorgullecía de sus conocimientos musicales, y que debió pasar un buen rato descifrando la copia de la obra que le envió Bach. Por ejemplo el Canon quaerendo invenietis (busca y encontrarás) es un canon "enigmático" cuyo antecedente está escrito en la partitura, pero no el consecuente (siguiente voz que interviene para formar el canon) ni el lugar en el que éste aparece --por lo tanto, los músicos deben "adivinarlo".



La única pieza que tiene instrumentación anotada por Bach es la sonata en trío (flauta, violín y bajo continuo, que en la época era realizado por un instrumento de teclado y un chelo). Puede que la flauta fuera un homenaje intencionado a Federico el Grande, que era él mismo un buen intérprete de este instrumento. En las grabaciones y conciertos, esta pieza suele interpretarse al final. Pero no creáis que nos hemos librado del thema regium, porque también está en la sonata, en todas partes, como muestra de que con muy poco se puede hacer mucho, sobre todo si uno es Johann Sebastian Bach.

Sonata en trío:
I. Largo
II. Allegro
III. Andante
IV. Allegro


3 comentarios:

Anónimo dijo...

casi no te conosco y casi te amo...saludos desde mexico

Anónimo dijo...

Estimada Paula, quisiera conocer tu opinión sobre la orquestación de Werbern del Ricercare y si escuchaste la grabación del sello ECM
Gracias

Paula dijo...

La grabación de ECM concretamente no la he escuchado (aunque es el sello en el que publican mis amadísimos Hilliard Ensemble; justo ese disco no lo tengo), pero la orquestación de Webern por supuesto me parece muy interesante. Consigue que la pieza se transforme en algo casi completamente distinto, que suene (por falta de otra palabra para describirlo) moderna.

La mezcla de instrumentos, el que pase de la trompa a la trompeta, al clarinete, y todo en la misma frase (el tema real), en función de la tesitura del sonido, es casi "de locos" (en el buen sentido). Cuando estás acostumbrada (como yo) a oír a Bach interpretado en instrumentos antiguos, parece que se te fueran a revolver las tripas, pero sucede todo lo contrario. Reconoces la pieza, porque conoces el tema real y sus evoluciones, y, al mismo tiempo, parece que la personalidad del propio Webern estuviera a punto de salir a cada momento. Creo que a Bach le habría gustado :)