Confieso no haber leído nunca a Roberto Bolaño... hasta ahora. Hasta hace poco tampoco tenía referencias de primera mano sobre sus obras (que me son muy útiles para discriminar en la mesa de novedades y demás), y la fama escandalosa que está adquiriendo allende los mares, como casi siempre, me tiraba un poco para atrás.
Pero hete aquí que me encuentro ahora mismito leyendo su libro de cuentos "Llamadas telefónicas", y me está gustando muchísimo. Aunque tengo que decir que no me lo imaginaba así. Tampoco sé exactamente cómo me lo imaginaba, pero esos cuentos tan metaliterarios sobre escritores y concursos me han encantado. Todavía no estoy ni a la mitad del libro, pero promete, y mucho. Ya me están entrando ganas de leer más de él.
Creo que pensaba que sería más fantástico. Me pregunto por qué.
Pero hete aquí que me encuentro ahora mismito leyendo su libro de cuentos "Llamadas telefónicas", y me está gustando muchísimo. Aunque tengo que decir que no me lo imaginaba así. Tampoco sé exactamente cómo me lo imaginaba, pero esos cuentos tan metaliterarios sobre escritores y concursos me han encantado. Todavía no estoy ni a la mitad del libro, pero promete, y mucho. Ya me están entrando ganas de leer más de él.
Creo que pensaba que sería más fantástico. Me pregunto por qué.
2 comentarios:
Si tuviera que establacer una lista con cinco autores imprescindibles, creo que Bolaño sería uno de ellos.
Envidio tu condición de lectora virgen frente a Bolaño, recuerdo las sensaciones que tuve con sus libros, me pongo en tu lugar y no puuedo evitar sentirme envidioso.
Si me permites un consejo, Paula, échale un vistazo también a su poesía, quizá su faceta menos conocida, pero formidable también.
Buen provecho.
Me jodió que se muriera. No por nada, no soy muy filántropo; lo mismo sentiría si de repente hubiera dejado de escribir en ese punto en vez de morirse. Es que disfrutaba mucho leyéndolo, es que se dejó 2666 sin terminar y es una obra impresionante incluso a medias, es que con su literatura yo aprendía.
Disfrútalo, a mí ya no me queda nada suyo que leer.
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