19 de julio de 2008

Desde lejos




Somos nosotros. Parece increíble, parece un montaje con bolas de papel maché y una cámara de vídeo de esas de Súper 8, vetustas. Pero no. Esa bolita parda que pasa casi como una exhalación es la Luna (en mayúsculas, porque es la única que tenemos, si es que la podemos llamar nuestra).

O, mejor que decir que somos nosotros, podemos decir que es ella. La Tierra. Porque a nosotros es imposible vernos desde esa distancia. Ni siquiera adivinarnos. Y haciendo zoom nosotros mismos hacia atrás, de pronto nos volvemos tan diminutos que abruma. Todo en medio de la oscuridad y del silencio más absoluto del espacio exterior.

Una lección de perspectiva.

2 comentarios:

Carlos Frontera dijo...

Hola, Paula.

Anoche leí tu cuento de Narrativas 10 (por fin pude imprimirlo). Fantástica la prosa del cuento, las descripciones son tan precisas, el lenguaje tan certero, que parece que estés ahí, junto a Lambert. En mi opinión, muy bien escogido el estilo cinematográfico para este cuento, implicas al lector en la historia desde la primera frase.
Un cuento muy logrado.

Reconozco que el final me ha desconcertado, no acierto a adivinar la intención, si es que hay alguna. Puede que sea cosa del lector, que esté un poco espeso (no ayuda la hora a la que leí el cuento). En cualquier caso, volveré a leerlo.

Enhorabuena.

Paula dijo...

Muchas gracias Viajero, me alegro de que te haya gustado --a pesar del final un poco desconcertante.

Fíjate, a mí, mientras estaba escribiendo el cuento, me parecía que no era posible que terminase de otra forma, y el caso es que no recuerdo haberlo intelectualizado, no sabría decirte sin reflexionar las razones profundas para que las cosas le sucedieran así a Lambert. Lo pensaré, que siempre viene bien.