En la última película del pétreo Keanu Reeves (pétreo por su inexpresividad, con lo que este último papel le viene al dedillo) hay una escena en la que el extraterrestre ejecutor de la sentencia de muerte contra la Humanidad que interpreta está en casa de un premio Nobel (curioso: debe ser la primera vez que veo a John Cleese en un papel serio).
Los dos, Keanu y el premio Nobel, están en el estudio de este último mirando unas ecuaciones en una pizarra, y de fondo suena la música de las "Variaciones Goldberg" de Johann Sebastian Bach. Concretamente, el aria y la primera variación.
Keanu se queda mirando al altavoz y algo de expresividad, de emoción, se filtra a través de esa máscara que tiene por cara. Jennifer Connelly dice: "Es Bach", y Keanu contesta algo así como "Es muy bonito" (no recuerdo las palabras exactas).
Diríase que ese es justo el momento en el que Keanu (que parece también él un poco extraterrestre al andar, con ese traje de James Bond que no se le arruga ni una miajilla) decide que no va a exterminar a la Humanidad. Que solo por Bach merece la pena dejarnos vivir a a todos nosotros, panda de impresentables.
Qué bonito, me entran ganas de decir. Será porque halaga mis preferencias, pero ese detalle me gustó. Y eso que la versión de las "Variaciones" que sonaba no era LA versión de las "Variaciones" --por supuesto, me refiero a cualquiera de las dos versiones que grabó Glenn Gould, la de 1955 o la de 1981, distintas pero únicas en su especie.
Ya sabía yo que Bach tiene poderes. Volvamos a poner las "Variaciones Goldberg", a ver si de pronto se genera ante mí un saco lleno de billetes (ya que no me ha tocado ni el reintegro...) je je:
Los dos, Keanu y el premio Nobel, están en el estudio de este último mirando unas ecuaciones en una pizarra, y de fondo suena la música de las "Variaciones Goldberg" de Johann Sebastian Bach. Concretamente, el aria y la primera variación.
Keanu se queda mirando al altavoz y algo de expresividad, de emoción, se filtra a través de esa máscara que tiene por cara. Jennifer Connelly dice: "Es Bach", y Keanu contesta algo así como "Es muy bonito" (no recuerdo las palabras exactas).
Diríase que ese es justo el momento en el que Keanu (que parece también él un poco extraterrestre al andar, con ese traje de James Bond que no se le arruga ni una miajilla) decide que no va a exterminar a la Humanidad. Que solo por Bach merece la pena dejarnos vivir a a todos nosotros, panda de impresentables.
Qué bonito, me entran ganas de decir. Será porque halaga mis preferencias, pero ese detalle me gustó. Y eso que la versión de las "Variaciones" que sonaba no era LA versión de las "Variaciones" --por supuesto, me refiero a cualquiera de las dos versiones que grabó Glenn Gould, la de 1955 o la de 1981, distintas pero únicas en su especie.
Ya sabía yo que Bach tiene poderes. Volvamos a poner las "Variaciones Goldberg", a ver si de pronto se genera ante mí un saco lleno de billetes (ya que no me ha tocado ni el reintegro...) je je: