Parece que debemos prepararnos porque ha llegado la nueva revolución tecnológica: el lector digital Amazon Kindle.
En la web de Amazon se explica en qué consiste este nuevo dispositivo, con vídeos demostrativos y hasta uno que detalla un test de caída (para que veamos qué le pasaría a nuestro Kindle si se estrellase contra el suelo).
La verdad es que el aparatejo me ha parecido bastante curioso, y los de Amazon se han preocupado por describirlo bien y que se vea cómo se puede utilizar en distintos entornos. De hecho, he sufrido una compulsión tecnológico-freakie y he estado a punto de sacar la tarjeta de crédito.
Lo que no me gusta tanto es que no soporte formatos tan útiles y comunes como el PDF (a ver, ¿quién no se ha bajado algún libro en PDF alguna vez?). Hay algún "truquillo" para conseguirlo que consiste en convertir los PDFs a otro formato, pero es un incordio, cuando por poco más podrían haberlo habilitado (ya habrá algún cracker en algún sótano del mundo pensando en cómo hacerlo, por otra parte). Está bien lo de poder comprar libros online (solo en Amazon, claro...). Tener que pagar por los feeds de blogs o por consultar los diarios online, cuando puedes hacerlo gratis desde cualquier ordenador, me parece abusar un poco. Mucho.
En ese sentido, me parece que anda más encaminado el Sony Reader, de próxima aparición.
También proporciona conexión WiFi, y hasta permite reproducir MP3 (el Kindle también, con ciertas limitaciones) y fotos. Se le pueden añadir tarjetas de memoria (SD o MemoryStick; el Kindle también soporta tarjetas SD). No incorpora un teclado, pero a mí personalmente no me resulta de excesiva utilidad un teclado en una herramienta de lectura. Los de Amazon lo justifican diciendo que puedes utilizarlo para buscar cuando quieres comprar, buscar en los libros que tienes almacenados o para tomar notas mientras lees. Fíjate, eso último sí me parece interesante, aunque yo cuando leo suelo anotar lo que me surja en una libreta Moleskine (porque soy una esnob) que luego puedo consultar sin necesidad de hacer referencia al libro.
Como me guío mucho por la estética a la hora de comprar gadgets, a mí me gusta más el Sony Reader que el Kindle (y hay otras opciones más caras, como el iLiad, que cuesta el doble). Aunque todavía hay que ver cómo evoluciona la cosa, yo, que soy una impaciente, ya estoy pensando en mi auto-regalo de Navidad.
Sin embargo, a mí lo que más me gusta del mundo es ir a una librería (Pasajes en Madrid es una de mis favoritas) y tocar los libros. Mirar el grosor del papel, tocarlo y comprobar si es áspero o suave, la tinta, la tipografía, oler los libros, escoger el volumen que esté más intacto, sentir cómo cruje cuando se abre por primera vez. Es una manía, pero yo no dejaría de comprar libros por ningún gadget del mundo.
En la web de Amazon se explica en qué consiste este nuevo dispositivo, con vídeos demostrativos y hasta uno que detalla un test de caída (para que veamos qué le pasaría a nuestro Kindle si se estrellase contra el suelo).
La verdad es que el aparatejo me ha parecido bastante curioso, y los de Amazon se han preocupado por describirlo bien y que se vea cómo se puede utilizar en distintos entornos. De hecho, he sufrido una compulsión tecnológico-freakie y he estado a punto de sacar la tarjeta de crédito.
Lo que no me gusta tanto es que no soporte formatos tan útiles y comunes como el PDF (a ver, ¿quién no se ha bajado algún libro en PDF alguna vez?). Hay algún "truquillo" para conseguirlo que consiste en convertir los PDFs a otro formato, pero es un incordio, cuando por poco más podrían haberlo habilitado (ya habrá algún cracker en algún sótano del mundo pensando en cómo hacerlo, por otra parte). Está bien lo de poder comprar libros online (solo en Amazon, claro...). Tener que pagar por los feeds de blogs o por consultar los diarios online, cuando puedes hacerlo gratis desde cualquier ordenador, me parece abusar un poco. Mucho.
En ese sentido, me parece que anda más encaminado el Sony Reader, de próxima aparición.
También proporciona conexión WiFi, y hasta permite reproducir MP3 (el Kindle también, con ciertas limitaciones) y fotos. Se le pueden añadir tarjetas de memoria (SD o MemoryStick; el Kindle también soporta tarjetas SD). No incorpora un teclado, pero a mí personalmente no me resulta de excesiva utilidad un teclado en una herramienta de lectura. Los de Amazon lo justifican diciendo que puedes utilizarlo para buscar cuando quieres comprar, buscar en los libros que tienes almacenados o para tomar notas mientras lees. Fíjate, eso último sí me parece interesante, aunque yo cuando leo suelo anotar lo que me surja en una libreta Moleskine (porque soy una esnob) que luego puedo consultar sin necesidad de hacer referencia al libro.
Como me guío mucho por la estética a la hora de comprar gadgets, a mí me gusta más el Sony Reader que el Kindle (y hay otras opciones más caras, como el iLiad, que cuesta el doble). Aunque todavía hay que ver cómo evoluciona la cosa, yo, que soy una impaciente, ya estoy pensando en mi auto-regalo de Navidad.
Sin embargo, a mí lo que más me gusta del mundo es ir a una librería (Pasajes en Madrid es una de mis favoritas) y tocar los libros. Mirar el grosor del papel, tocarlo y comprobar si es áspero o suave, la tinta, la tipografía, oler los libros, escoger el volumen que esté más intacto, sentir cómo cruje cuando se abre por primera vez. Es una manía, pero yo no dejaría de comprar libros por ningún gadget del mundo.
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